Amar es más perjudicial para la salud que fumar un paquete de cigarrillos: te provoca el peor cáncer que nunca tendrá cura.
Obra prohíbida del fantástico escultor Breker: Du und Ich.
El amor debería ser prohíbido. Es el peor cáncer de la humanidad, especialmente para el hombre, figura que se imbuye de los ideales románticos, de los que carece la hembra, ya que es quien realiza siempre el cortejo. Una facultad puramente viril que inspiró durante generaciones al hombre para demostrar a la mujer si vale o no, siendo el hombre quien la elegía.
Pero vayamos al tema de fondo. ¿Por qué se molestan en aprobar leyes para prohibir el tabaco? ¿Por qué censuran con la excusa de la propiedad intelectual la red de redes que es Internet? ¿A caso la propiedad intelectual es más importante, o la salud física es tan relevante como para recordar en cada paquete las consecuencias que contrae fumar? ¿Se nos dice a caso lo mal que se puede llegar a encontrar por amar? ¿El sufrimiento y la desesperación que se abate sobre el estado psíquico?
Podemos decir que muchos serían débiles frente a eso, frente al rechazo o al consumirse en un amor. ¿Pero es que no hay cosa más viril que amar profundamente? En estos tiempos en que el sexo y la actitud ambigüa y frívola para con las relaciones humanas, algo puramente ginecocrático, ha inspirado esta repugnante sociedad del siglo XXI... lejos ha quedado el auténtico caballero, el héroe solar, aquel que es capaz de sorprender y entregarse generosamente por lo que quiere y ama, ese mismo que es capaz de presentarse sinceramente con una rosa en una declaración o aquel otro que tiene gestos de amabilidad, detalle, o aquel que escribe poesía desde lo más profundo de su universo.
Y claro, no confundamos esto con el pagafantismo. Eso es una maldita lacra derivada de la sociedad feminista actual donde se pone en pie de divas a hembras que para el héroe solar solamente serían zorras, viéndose arrastrado el varón, con tal de fornicar en la gran mayoría de casos, a actitudes patéticas y reprochables. Tal para cual.
Si amar, y me refiero a amar profundamente no un vulgar enamoramiento, un gustar o un atracción, sino la fuerza que solamente se siente una vez con toda esa intensidad arrolladora para la que el sacrificio y la entrega cuasi resulta total, pongamos el amor platónico o virginal por ejemplo como cúspide; si ese amor resulta ser un cáncer provocando una destrucción del amante al no ser correspondido, o despreciado, o ninguneado, o ignorado, o cualquier otro "o"... si todo esto provoca tanto dolor y daño, es irreparable y nunca más se cura porque la herida sigue sangrando sin posibilidad de cauterizar,
entonces el amor debería estar prohíbido.